Translate/Traductor

¿Por qué soy vegana y prefiero no consumir grasas y proteínas animales?

Cuando era chiquitita

Hubo un tiempo en el que solamente me alimentaba de leche materna.
Luego mi madre, creyendo que era lo mejor para mí, continuó alimentándome con leche de vaca. Me acostumbré a ella y al queso, a la manteca, a la crema, al yogurt, y a todo lo que derivara de esa leche.

Cuando iniciaba la adolescencia

Crecí y como la mayoría de los adolescente de mi época, sentí el llamado de las preguntas trascendentales: "¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Por qué...? ¿Existe Dios?"  y todas las preguntas filosóficas que el ser humano se viene haciendo desde que tiene conciencia. Algunas personas de mi generación se quedaron en las preguntas y decidieron dejar de pensar en ellas, o relegarlas a un tercerísimo tercer plano. Yo pertenecí al grupo de los "buscadores". Así me interioricé de costumbres de otras culturas que eran milenarias, místicas y sagradas. Pasé un tiempo estudiando los Vedas, me hice ovo-lacto-vegetariana. Ellos me decían que consumir animales era malo para el espíritu. Yo acepté la idea, pero luego de unos años me pareció que debía haber algo más que eso. Sí, sí, la salud, claro. Pero no, si bien me sentía mejor sin comer carne, no notaba grandes cambios. Los hindúes me enseñaron compasión por los animales, pero algo no me cerraba del todo. No sabía que era.
Al tiempo, volví a caer en las redes de lo omnívoro, porque sí, porque tenia ganas y la verdad se ve que no había desarrollado demasiada conciencia.

Cuando empezaba a ser adulta

Pasaron unos años y la curiosidad me llevó a la cultura china. El Tao me volvió al camino del no consumo de animales. Ellos decían que tampoco debía consumir ajo ni cebolla, a diferencia de los hindúes. Estuve un tiempo con ellos y otra vez, algo no me cerraba. La idea de volver a la vida como un cerdo por comer jamón no me cuadraba demasiado. Sí, sí, también estaba lo de la compasión, pero no me terminaba de "cuajar" la idea en el cerebro. Así que una tarde, con toda la "mala leche" me metí en un MC. D... (Sí, ese mismo, es que no le escribo completo porque ahora sí que me da un poco de impresión) y me pedí uno de esos menúes hipergrasos que lo caracterizan, con cebolla y todo, y debo confesar que en ese momento no sentí que me estuviera cayendo en el noveno infierno ni mucho menos.
Volvieron a pasar los años, y si bien volví a la vida omnívora, confieso que nunca volví a consumir las cantidades de carnes y grasas animales que antes, es más casi casi no las comía, porque me empezaron a caer mal. Iba a un asado, disfrutaba con mis familiares y amigos, pero al rato sentía como que iba a reventar, indudablemente algo había empezado a cambiar en mi organismo que me hacia sentir la digestión demasiado lenta si consumía esas cosas. Gozo de muy buena salud, soy una mujer activa cuyo único problema orgánico es que si como carne me cae pasada, sea del animal que sea, si como huevos  y leche, también, aunque no tenga intolerancia a la lactosa.

¡Adulta al fin y ahora!

Un día me llamó por teléfono mi hijo diciendo que venía a visitarme para la hora del almuerzo. Una de sus comidas favoritas era el osobuco a la cacerola, le dije que se lo preparaba. Mi hijo guardó unos segundos de silencio, yo creía que se había cortado la señal, y después de un par de "hola, hola" de mi parte, él habló: "Mirá, si querés hacelo y almorzás vos, yo la verdad no quiero comer eso... estoy en medio de algo". No entendí instantáneamente, pero segundos después se me vino mi propia experiencia  a la cabeza y me dije : "Ah, debe estar atravesando una etapa mística no carnívora". Pregunté de qué se trataba el "algo" pero no me dio demasiados detalles, solamente me dijo que cuando me viera me diría.

Aprendiendo de mi hijo

Cuando entró, le pregunté si había estado leyendo filosofía oriental, si frecuentaba algún grupo espiritual místico y no se cuantas gansadas más. Él se rió con esa sonrisa maravillosa que tiene (babero para mi: su mamá). Mientras yo picaba espinacas para preparar unos tallarines vegetarianos,  me preguntó si yo sabía lo que sufren los animales en los mataderos. A mí se me llenaron los ojos de lágrimas, ¡claro que estaba enterada! Pero por alguna razón, prefería no pensar en eso, trataba de olvidarme de algunas imágenes que vi alguna vez en algún documental, o alguna fotografía. Él me hablaba y yo pensaba que eso lo sabía, pero que había elegido permanecer ignorándolo; se me venía a la cabeza el concepto de la compasión por los animales que había sostenido durante mi etapa mística, y me di cuenta lo que me había faltado: No solamente es necesaria la compasión, también es necesario el respeto. Mi hijo me enseñó a respetara los animales, de verdad,  por completo y sin hipocresías, mientras yo picaba espinacas. Me preguntó si me sentía bien como para ver unos documentales. Le dije que sí, pero que fuera antes de que comiéramos.

Revelaciones de cosas que estaban adentro mio

No voy a poner en esta nota los enlaces a esos vídeos que me terminaron de reactivar las cosas que ya sabía pero que había preferido mantener anestesiadas, pero quienes quieran verlos los encontrarán en la columna de la derecha del blog ,son de  acceso libre para la toma de conciencia, algunos de ellos son realmente muy crudos. Sé que no todas las personas están preparadas para el cambio. Por eso es que en otra parte del blog escribí que no estoy haciendo esto para arengar ni tratar de convencer a nadie: El cambio es una cuestión de conciencia, y no todas las personas tienen el mismo grado de aceptación a la verdad. Si respeto a los animales, también respeto a los seres humanos, que aunque algunos no quieran admitirlo seguimos perteneciendo al reino animal. El objetivo de este blog es compartir mi experiencia, nada más, después de eso, cada uno es dueño de hacer su camino.

La duración del camino

No se trata de una carrera: es una caminata hacia la verdad, serena, pacífica. Como toda caminata depende del paso que des: largo o corto, sucesivo o con descansos, ágil o indolente. Si siempre fuiste una persona de alimentación omnívora, te llevará más tiempo llegar a vegano. Hay quienes hacen los cambios de golpe, tras una toma cabal de conciencia y hay quienes lo hacen lentamente. Las dos maneras están bien, solo que unos cambiarán sus hábitos más pronto que otros. El pasaje de omnívoro a hovo-lacto-vegetariano, a vegano y luego a crudivegano es lo más normal. Yo todavía no soy 100% crudivegana pero ya me veo llegando en un tiempo más adelante ¿Cuánto? No lo sé, tampoco me desespera saberlo, llegará cuando esté preparada. Mientras tanto voy experimentando recetas y preparados crudiveganos que incorporo a mis alimentos cocidos.

Tirando abajo  los mitos y las excusas


Lácteos

Es común escuchar: "Si no consumís lácteos te descalcificás" Eso es un grave error que aprendemos gracias a la publicidad y a una deficiente educación alimentaria.  Lo mismo sucede con la función intestinal: no hay nada más regulador de la función intestinal que la fibra, y los lácteos no la tienen. Ningún animal mamífero de ninguna especie - excepto el ser humano - se alimenta de leche de madre de especie diferente de la suya propia. ¿Por qué nosotros sí? Simplemente porque nos venden leche de vaca, de cabra o de lo que sea. Se puede vivir bien alimentado con leches de origen vegetal, ricas en calcio y sin colesterol animal. Nuestro cuerpo fabrica el colesterol que necesitamos, no tenemos que meterle más de lo que precisa, porque ahí es donde empiezan los problemas.
¿Qué hay de los quesos? ¡Hay quesos veganos! desde quesos duros, para ponerle a los fideos, preparados a base de semillas tostadas y levadura nutricional, hasta los blandos tipo mozarella para pizzas, pasando por los untables. Casualmente estoy investigando como perfeccionar una receta de queso azul, en cuanto quede al cien por ciento satisfecha la voy a compartir con ustedes. ¿Yogurt? Sí, también tenemos, partiendo ambos, queso y yogurt, con bases de leches vegetales.

Carnes

Escuchamos: "Hay que comer carne para estar bien alimentado. Necesitamos las proteínas y el hierro de las carnes". Error, ¿por qué buscar hierro en el cuerpo de otro animal, cuando disponemos de muchísimo hierro en el reino vegetal a nuestra disposición y sin colesterol? Puedo asegurar que no padezco anemia, mi nivel de hematocritos es correcto, no me siento fatigada nunca y quienes me conocen saben que no paro de hacer cosas y no consumo carne. El hierro que se consume con la carne es hierro que el animal tomó de su alimentación herbívora y cerealera, digirió su alimento, lo convirtió en hierro, lo pasó a su sangre, es decir, si como carne estoy comiendo hierro de "segundo estómago": alguien lo digirió por mí, un animal que ahora está muerto. ¿Por qué no sintetizar mi propio hierro a partir de la misma materia prima con que lo hace la vaca?`
Además, si se aprende a elaborar las llamadas "carnes vegetales" realmente no se extraña para nada el consumo de carnes animales, lo puedo asegurar. Me divierte invitar gente a comer porque les encanta lo que cocino y terminan diciendo "¡Que bueno! parece pollo de verdad", o carne de vaca, o cerdo. Y resulta que es seitán, proteína de trigo. Hago una mortadela de seitán que muchos dudan que no sea de carne, pero juro que no lo es.

Huevos

Es rico, protéico y colesterolémico... Que pena que además sea un óvulo no fertilizado y esa idea me da un poco de asquito. ¡Como sea! Todo lo que nos aporta el huevo, excepto el colesterol animal, lo obtenemos mezclando legumbres y cereales. Podemos vivir sin comer huevo.


Dieta incompleta

Grave y común error que viene de pensar que los veganos comemos nada más que ensalada mixta. El secreto está en saber combinar los alimentos y así se logra un balance óptimo. Lleva tiempo aprender a fondo esto, pero lo vamos incorporando a medida que buscamos recetas y nos informamos. Si vas a vivir a ensalada de lechuga y tomate, es una fija que te va a ir mal, pero si comés nada más que carnes, huevos y lácteos, también.


Ahora no recuerdo más mitos, seguramente me vendrán otros a la memoria, cuando suceda, los voy a agregar acá. 

Nota: no tengo intenciones de discutir, así que como sé que hay tanto veganos extremistas como omnívoros extremistas, voy a conceder el lugar para que opinen, pero no voy a discutir, lo aclaro por si alguien busca pelea en el blog. Así como respeto las opiniones ajenas pretendo que se respeten las mías.
Ya lo dije: mi misión no es convencer a nadie y cada uno hace su camino por la senda que quiera y al paso que le resulte mejor, solo se trata de compartir mis vivencias y lo que sé para el que quiera leerlas, tal vez aprovecharlas y ojalá tomar conciencia. ¡Saludos!






No hay comentarios:

Publicar un comentario